Cristo Vive

• Formar a los niños y niñas para que actúen en la vida según el Evangelio.
• Ayudarles a asumir, vivir y celebrar el sentido comunitario de la vida cristiana.

Catequesis semanales con tres partes diferenciadas:

• La experiencia personal con el análisis de algún acontecimiento de la vida cotidiana.
• La iluminación a través de los textos bíblicos.
• El compromiso revisado semanalmente.

Celebraciones al final de cada trimestre para afianzar lo que van descubriendo y lo vivan en el grupo de forma festiva.

• Crecer en el sentido de pertenencia a una comunidad cristiana en la que vivir la fe.
• Iniciar el proceso de personalización en el camino de fe que despierte en los niños y niñas el deseo de conocer el fundamento de su fe.
• Fomentar la dinámica de oración y momentos de encuentro personal con el Señor.

• Integrando a todos los niños y niñas y hacer que se comprometan con un proyecto común, con el apoyo de las familias.
• Motivando la participación activa en los grupos.
• Conociendo las inquietudes y motivaciones mediante momentos de encuentro personal.
• Preparando momentos específicos de oración y participando en la celebración de la Eucaristía.
• Manteniendo un contacto continuo con los padres a través de encuentros.

• Fortalecer la experiencia de fe de los chicos y chicas para que sientan el deseo de seguir creciendo como cristianos comprometidos con la comunidad.
• Dar profundidad y calidad pastoral a una etapa que consideramos clave de nuestro itinerario, con el objetivo de ayudar en la formación y maduración de unos pilares firmes de fe de los chicos.

• Reforzar las bases de la fe cristiana para poder seguir creciendo.
• Conseguir el sentido de pertenencia en los niños y niñas y sean partícipes de los distintos niveles de la pastoral (MJS, centro juveni, etc).
• Fomentar y promover una “fe razonada”, a través de debates y profundización de los chavales durante el trabajo en el itinerario.

• Haciendo un seguimiento serio con los chicos y chicas iniciándolos en el acompañamiento personal.
• Creando un hábito de oración personal y participación en Eucaristía dominical.

• Profundizar en el auto conocimiento de la persona.
• Conocer la vida y obra de Jesús como principal referente en nuestras vidas.
• Reflexionar sobre los Sacramentos, especialmente el de la Confirmación.
• Elaborar el Proyecto Personal de Vida Cristiana.

• Siguiendo el itinerario marcado por la Pastoral Juvenil de la Inspectoría y las reuniones de Acción Católica General (Jóvenes).
• Tomando la Palabra de Dios como principal fuente.
• Preparando el Sacramento de la confirmación con esmero y no como final del proceso de maduración cristiana, sino continuación del mismo.
• Acompañando, revisando y guiando a los jóvenes en la elaboración del PPVC.
• Participando de los encuentros y retiros tanto locales como inspectoriales.

• Descubrir y vivir la propia vocación como servicio a la comunidad eclesial y modo de ser iglesia.
• Colaborar en la transformación de la realidad, con compromisos graduales y estables, especialmente en favor de los más desfavorecidos.

• Participando en los retiros y encuentros que se ofrecen tanto desde la delegación de pastoral como de los encuentros diocesanos.
• Favoreciendo una lectura evangélica de la propia vida.
• Acompañando y fomentando el proyecto personal de vida, desde una perspectiva de discernimiento.
• Motivando el sentido de la responsabilidad personal y eclesial.
• Dando a conocer y acompañar en sus compromisos sociales.